jueves, setiembre 28, 2006

save the humans

¿Cuál es el fin de nuestra existencia?.Me pregunto desde una habitación con tele prendida, donde la muerte, el amor y la locura son banalizados. Esa es la ventana de esa habitación y lo que por ahí se cuela es un silbido escapado de la flauta de Hamelin.

Y allá van, multitudes.

Pero apagas la tele para ver que pasa y te acercas al tinglado para oir que comentan los titiriteros.

La lengua negra de miedo,ojos vacíos,mandíbulas dislocadas,las garras tomando los posabrazos de un sillón de poder,aferradas a la baranda de un tobogán que se niega a descender.

¿Que esperabas conseguir.?

Barran! Barran! Grita desesperado. Y debajo de la alfombra hay hongos radioactivos que no cesan de estallar frente a la mirada rasgada que se ahoga o se quema más tarde
en fósforo vivo.

Y cuando la mugre ya no cabe más en ningún lado,se dice, maquillemos la, maquillémonos.

Se calza una maceta con lazos de amor en la cabeza, la imagen de un santo como careta,guantes blancos de donde no escaparan las uñas de sus garras manchadas, toma una doctrina en la diestra, la agita frente a las cámaras proclamando apasionadamente la hermandad de criterios entre todos los humanos y proclama para sí el imperio de la sensatez:

Castiguemos al diferente, erradiquemos la amenaza, tomemos el asunto con asepsia:
Fumiguemos. Sin más ni más.

¡Que esperan!

Caen, quebradas alfiles, torres que vieron nacer a los números, estallan en píxeles no hay humo ni sangre. ¿Dónde queda Bagdad?

¿Sospechas que ese artefacto miente? ¿Acaso no estas cómodo? No seas necio ¿no ves todos esos autómatas que han venido a hacerte feliz?, ¿Que cuanto costo? ¿De que Amazonas me hablas hijo mío?

Así nace un mundo, de adentro de una galera.

Millones de insectos zumban buscando a gran velocidad su destino de fierros retorcidos,avanzan graznando su orgullo autómata de adefesio, pretendidas células de un tejido que solo se amalgama bajo las llamas. Cantando van, toda suerte de aparatos, el himno de la pedantería en el que se ensalza la astucia del animalito humano para arreglárselas solito frente a este universo hostil que oculta al sol al fin de la tarde.

¡Prende la luz!!!

La oscuridad, esa urdimbre de luz imposible, de donde provienen los astros y los sueños, se termina, y un inconmensurable manto de sombras se cierne sobre todas las cosas alrededor de la lampara de la mesa de noche.

Se huye, complejizando todo, de la simplicidad, avergonzándose de la desnudez, inventando nuevísimos problemas cuando aún siquiera sabemos porque estamos sobre esta tierra poseyendo una herramienta tan poderosa como el intelecto.

Entonces amenazaras al mundo cuando quieras correr descalza debajo de la lluvia.

Por que eso es básico y no necesita electricidad, como la risa o el amor, es simple.

Desenchufá.

Como no entristecer frente a mecanismos de autodestrucción tan aceitados. ¿De quien es la sangre cuando el charco es de dimensiones oceánicas, de quien son los gritos, que decís vos si no te conocen ni la tele ni los diarios?

Cual es el sentido entonces de la existencia?

Juntar trapos negros.

Hacerte a la mar, fugarte de la razón que te detiene,piratear alguna emoción, robarla en las narices del Rigor.

Escribir,hundir la daga en el corazón mismo del monstruo, no para pasear quince minutos de la mano de la fama, esa nodriza traidora.

Defender la belleza, nobleza.

Envenenar lentamente a este sistema, inoculando un torrente seguro de humanidad.

Plantar flor en chiquero. Cherokee

Un beso

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