martes, diciembre 26, 2006

Valizas





Dejo caer los brazos, la carta resbalo y se levanto en vuelo, buscando la puerta.

Una imagen acude a mí en este momento y es la primera vez que me asome a la azotea.
La ropa tendida flamea despacio, recortándose en golpes sordos, blancos contra noche.
La sombra que arrojaban los juguetes se congelo, el abismo estelar rasgo el cielo de crayolas en mi dibujo y se abrió, quitándome la paz para siempre, infinito ante mí, el Universo.

Me preguntaba si no habíamos llegado un poco lejos con nuestra búsqueda,
mejor, me contestaba que nuestro afán científico nos había llevado muy lejos esta vez.

Yendo hacia el sur del valle de las flores, del inmenso valle cuyo aspecto es similar al del cañón del colorado, en todo caso seria el cañón del azulado, la luz pálida que baña al valle le confiere a todos los cuerpos una piel fluorescente azul. En la noche cerrada del lado oscuro de la luna, caminamos en silencio, mirando las pequeñas nubes de polvo que se levantan a nuestro paso, mirando como se detienen en el aire y caen lentamente las piedras que pateamos.

Creo que el pensamiento flota aquí en la luna, nos hemos quedado ya, varias veces con las palabras ahogadas en la garganta, basta con recorrernos la caras y la certeza de que los comentarios sobran, es unánime.

Fue así que alguno de nosotros levanto la vista hacia el horizonte y un instante después nos encontrábamos los cuatro de pie, con nuestras sombras más largas detrás asistiendo al espectáculo del amanecer.

Amanecer de la tierra desde aquí. Una esfera azul turquesa con betas marrones y blancas, una piedra inmensa, preciosa.

La silueta de un coyote se dibujo a trasluz en lo alto del cañón, y su aullido rompió el silencio paciente de la Luna, aullandole a la tierra.

Las plantas tomaron colores inesperados, nunca hubiera imaginado que del estéril suelo de la Luna, surgieran flores tan sorprendentes, no tardaron en aparecer cangrejos, perfectamente aerodinámicos, abejas de caparazón calcáreo a libar el néctar y a retozar de flor en flor. Una cañada fluye, leve, entre cascaras ahogadas de limón, dejando en el valle y en nosotros un perfume embriagador.

Conforme la tierra escalaba el cielo sobre nuestras cabezas, los contrastes se fueron resolviendo, dándole a todo ese escenario de colores encendidos sobre la tela negra del universo una mayor nitidez. Fue entonces cuando descubrimos la cabaña del profesor Rodríguez, esto confirmaba nuestra teoría de la existencia de un segundo viajero del espacio, uno que al igual que el capitán Armstrong había elegido la luna para vivir.

Caminamos al menos una hora antes de tocar a la puerta del rancho.En todos los rincones, al costado de las rocas, todas las formas que se encuentran en las sombras se nos hicieron presencias, y preguntaba si la mirada escéptica del profesor no había recorrido antes aquellas formas y estas estuvieran constituidas en huellas que volvían en la lentitud lunar en forma de miradas.

El rancho parecía no haber salido nunca de algún rincón perdido en Rocha, Uruguay.
Estabamos al fin frente a la última morada conocida de Rodríguez, en pleno cañón del azulado, en los palmares de la Luna.

No había nadie, quitamos la chaveta de la puerta y estabamos adentro. Todo parecía en su lugar, como un día normal en la vida de cualquiera, excepto por una nota que descansaba arriba de la mesa y una selva de hongos indescriptibles, que se había formado sobre la yerba de un mate que quien sabe cuando dejo armado nuestro compatriota.

Sin más tomamos la nota, estaba dedicada a una mujer, ¿cuando no?


Querida amiga Tania:

Millares de insectos devoran hoy las horas de mi infinita vejez. Cuanto tiempo hará que nos vimos por última vez, yo alejándome por Llupes, y tu alejándote por dentro hasta perderme en el laberinto de tus días. Como me gustaría volver a verte sonreír, escuchar tu voz, contarnos de la vida. Pero estoy lejísimos, lejos en el espacio y mucho más aún en el tiempo.

La historia había teñido de negro el futuro de la humanidad, la explotación exagerada de los recursos naturales por parte de la industria, y el sometimiento de la humanidad a una historia equivoca, falsa, hipnótica, eran la cartelera del día, el día que partí. Debió ser por eso que no encontré mas salida. En medio de una batalla publicitaria en la cual la mayonesa volaba por los aires, junto a magros limones y caras llenas de dientes tratando de convencerme de que comprara pañales descartables de bebe para acompañar el primer café de la de mañana edulcorado con la marca de cigarrillos favorita de Jhon Wayne. No sé.

Solo se que no pude ver fertilidad en las generaciones que llegaban. No supe leer lo que escribían mis hijos, y subestime a la humanidad.
Fui tan necio en creer que ese mundo que se había construido a toda velocidad, a partir de una maquina textil a vapor, ese mundo que se olvidaba de sí mismo, era un mundo ideal. Que pedantes éramos en creer que habíamos llegado a cima de la evolución humana. Con las riendas en la mano le hacíamos arre a una naturaleza domada, adolescencia de la raza humana.

Hoy descubrí que en aquellas canciones, en aquellas servilletas escritas con letra sincera por mis hijos, estaba la luz de cambio. Lo siento tanto Tania, haber sido tan cobarde al irme, al restar mi voz, a aquella ola de voces que recorría el planeta, sembrando de pasto tierno los bosques en cenizas y volviendo básicas a las lluvias ácidas,

Hoy desde mi vejez eterna vuelvo a comprender con nostalgia que nada se destruye, todo se transforma,

Pero estoy solo, solo y frío sin tu piel, sin el pasto, sin el río, estoy solo en la Luna sin ustedes Tania, y pensar que pudo ser...

lunes, diciembre 04, 2006

Robinson C / Eleanor R

Una huella sola en la playa. Como si hubiera alcanzado con la mirada una estrella fugaz, en un instante mi vida es atravesada por la trayectoria absurda de una sola huella.

Tan breve, hecha de arena, tan sola en medio de tanta arena. Tan poco huella para la marea que ha de subir a buscarla.

Fugada de quien sabe que realidad, patea el banco en que se apoya mi razón que pende de un hilo para perderla. Arrojándome en un tempestuoso mar de conjeturas, en que también soy naufrago y abrazado a una tabla que dice Londres, voy con destino a una playa, donde frente a las constelaciones luciré tan frágil y absurdo como esta pisada, y Londres también. Y una vieja que junta el arroz del suelo en donde ha habido una boda, es un montón de arena y sus juegos de niña, la belleza de sus caderas, sus rubores y sus besos, pisadas calladas que la marea va disolviendo hasta lavar en el rumor de la fiesta. Más sola quizás que yo aquí, no menos pequeña que esta isla, rodeada de nada su vida no llega a ser una huella en el silencio helado de la noche donde gigantescos esqueletos cruzan miradas eternas. Soledad infinita que sangra el tiempo del universo en su naufragio de estrellas, sin playas ni huellas, ni olvido ni nada.

sábado, diciembre 02, 2006

jueves, noviembre 30, 2006

un cassette



Encontré un cassette. Me hubiera encantado escucharlo, pero
no hay alrededor ningún aparato que lo haga sonar. Un artefacto incomprendido, absurdo frente a la mirada atónita de los reproductores de mp3 de cd de dvd que me rodean.
Guardar silencio no es, de ninguna manera, estar incomunicado.

Podría escuchar si quisiera, la música que parece grabada en aquel cassette, quizas esté en algún cd. Pensé en el alma de las cosas, ¿era la música el alma del cassette?
¿reencarnaría en cada soporte que contuviera aquella música?. No.

Casi todos mis cassettes han tenido vidas agitadas, atravesaron barrios y fronteras.
Banda sonora de momentos gratos, de noches y días. Se mezclaron con los de mis amigos, compañeros de clase, amantes. Girando así, de la mochila al walkman y de esté a diversos equipos de audio. Han arrastrado la cinta para cantar y a menudo se han enredado en las cabezas de las reproductoras que solían frecuentar.

Han cambiado de música.

A veces ella apagaba el equipo, desde la cama, a ciegas, tanteando botones hasta dar con el stop o con la pausa. Alguna vez oprimió rec, borrando parte de la cinta, repoblando el espacio con los sonidos de nuestro amor.

Fueron abiertos de par en par, sospechados de estar rotos por arrastrar mucho la cinta. Con las tripas a la vista de todos como única verdad, luego de un breve examen eran vueltos a cerrar y a abandonar por miedo a “arruinar sus cabezas”. Vagaron por cuanto rincón hay en mi cuarto, solos, desangelados.

Esté cassette, aquí, ahora solo sabe callar. Su nombre, escrito con la letra de otra persona, seguro no responde a la música que promete su etiqueta.

jueves, setiembre 28, 2006

save the humans

¿Cuál es el fin de nuestra existencia?.Me pregunto desde una habitación con tele prendida, donde la muerte, el amor y la locura son banalizados. Esa es la ventana de esa habitación y lo que por ahí se cuela es un silbido escapado de la flauta de Hamelin.

Y allá van, multitudes.

Pero apagas la tele para ver que pasa y te acercas al tinglado para oir que comentan los titiriteros.

La lengua negra de miedo,ojos vacíos,mandíbulas dislocadas,las garras tomando los posabrazos de un sillón de poder,aferradas a la baranda de un tobogán que se niega a descender.

¿Que esperabas conseguir.?

Barran! Barran! Grita desesperado. Y debajo de la alfombra hay hongos radioactivos que no cesan de estallar frente a la mirada rasgada que se ahoga o se quema más tarde
en fósforo vivo.

Y cuando la mugre ya no cabe más en ningún lado,se dice, maquillemos la, maquillémonos.

Se calza una maceta con lazos de amor en la cabeza, la imagen de un santo como careta,guantes blancos de donde no escaparan las uñas de sus garras manchadas, toma una doctrina en la diestra, la agita frente a las cámaras proclamando apasionadamente la hermandad de criterios entre todos los humanos y proclama para sí el imperio de la sensatez:

Castiguemos al diferente, erradiquemos la amenaza, tomemos el asunto con asepsia:
Fumiguemos. Sin más ni más.

¡Que esperan!

Caen, quebradas alfiles, torres que vieron nacer a los números, estallan en píxeles no hay humo ni sangre. ¿Dónde queda Bagdad?

¿Sospechas que ese artefacto miente? ¿Acaso no estas cómodo? No seas necio ¿no ves todos esos autómatas que han venido a hacerte feliz?, ¿Que cuanto costo? ¿De que Amazonas me hablas hijo mío?

Así nace un mundo, de adentro de una galera.

Millones de insectos zumban buscando a gran velocidad su destino de fierros retorcidos,avanzan graznando su orgullo autómata de adefesio, pretendidas células de un tejido que solo se amalgama bajo las llamas. Cantando van, toda suerte de aparatos, el himno de la pedantería en el que se ensalza la astucia del animalito humano para arreglárselas solito frente a este universo hostil que oculta al sol al fin de la tarde.

¡Prende la luz!!!

La oscuridad, esa urdimbre de luz imposible, de donde provienen los astros y los sueños, se termina, y un inconmensurable manto de sombras se cierne sobre todas las cosas alrededor de la lampara de la mesa de noche.

Se huye, complejizando todo, de la simplicidad, avergonzándose de la desnudez, inventando nuevísimos problemas cuando aún siquiera sabemos porque estamos sobre esta tierra poseyendo una herramienta tan poderosa como el intelecto.

Entonces amenazaras al mundo cuando quieras correr descalza debajo de la lluvia.

Por que eso es básico y no necesita electricidad, como la risa o el amor, es simple.

Desenchufá.

Como no entristecer frente a mecanismos de autodestrucción tan aceitados. ¿De quien es la sangre cuando el charco es de dimensiones oceánicas, de quien son los gritos, que decís vos si no te conocen ni la tele ni los diarios?

Cual es el sentido entonces de la existencia?

Juntar trapos negros.

Hacerte a la mar, fugarte de la razón que te detiene,piratear alguna emoción, robarla en las narices del Rigor.

Escribir,hundir la daga en el corazón mismo del monstruo, no para pasear quince minutos de la mano de la fama, esa nodriza traidora.

Defender la belleza, nobleza.

Envenenar lentamente a este sistema, inoculando un torrente seguro de humanidad.

Plantar flor en chiquero. Cherokee

Un beso

sábado, setiembre 23, 2006



Mis palabras, mudas, telépatas, como niñas que se ahogan a la sombra de los sauces entre peces de gelatina azul. Mi voz, huérfana en tiempos modernos, baila con mis palabras, desnuda, desarma.

martes, setiembre 12, 2006

lunes, setiembre 11, 2006

murga madre

No sé que pasa, ¡es tan grande!
No sé si ha sido lo que pasa en carnaval,
No sé si es todo una ilusión, lo que ha sido...

Del silencio te quisiera conjurar
Y jurarte por las cosas que más quiero
Que es tan grande lo que pasa en carnaval
Que la tierra se confunde con el cielo

Tantos años de pintura y de disfraz
Canto y luna que otra vez me pone en celo
Si una noche que te quiero vos nos estas
Esta boca se relame sin consuelo

Es tan grande, es tan grande lo que pasa,
Es tan grande lo que pasa en carnaval

Los adioses del tablado donde están
Buscaremos en alguna retirada
En el verso y en la rima primordial
Que seduce contagiando a la barriada

Hoy queremos ofrendarte esta canción
Que es lo menos que un murguista te daría
Y decir que tu regazo de pasión
Se disuelve cuando ve la luz del día
La luz del día..

Carnaval, carnaval, car na vaaal

Murga madre te quisiera conjurar
Y jurarte por las cosas que más quiero
Que es tan grande lo que pasa en carnaval
Que la tierra se confunde con el cielo

Tantos años de pintura y de disfraz
Canto y luna que otra vez me pone en celo
Si una noche que te quiero vos nos estas
Esta boca se relame sin consuelo

No sé
No sé que pasa...es tan grande
No se si ha sido, lo que pasa
No se si es todo una ilusión, lo que pasa
Ha sido, lo que pasa ha sido en carnaval

Es tan grande

Edu Lombardo

sábado, setiembre 09, 2006





Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa,
y escondido tras las cañas

duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,

y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo,

que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos

de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...

Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...

¿Qué le voy a hacer, si yo
nací en el Mediterráneo?

Y te acercas, y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea

te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea

que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.

Ay...

si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca

con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.

Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...

Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo...

miércoles, agosto 30, 2006



Hice un blog con la esperanza de motivarme para escribir. Antes de hacerlo estuve mucho tiempo pensando en que tipo de blog haría. Autobiográfico, estilo diario. Un diario en el que colgar detalles reinterpretados de una vida, la de uno, iluminando pobres escenografías. Pero ¿que mecanismos utilizar?, ¿ir poblando el blog con poesías o fragmentos de la prosa de nuestros referentes, obligándolos a decir por nosotros lo que no sabemos decir mejor ?
Es un punto de vista, está claro que es una forma de compartir con el potencial lector nuestros hallazgos. ¿generar polémica? ¿queres despertar admiración?. Uno no va hacer nada sin pensar en seducir, en cautivar la imaginación del lector de alguna forma. Y ahí está el problema, exponerse gratuitamente a la constatación de que no, no le interesa a naides lo que uno escribe. O peor, constatar que uno seduce adeptos a los frutos de otras quintas, los que nos repugnan, una porquería.Entonces pensé en un blog a la manera de un reporte diario, una especie de tarjetero:

30 / 08. Hoy me levante a las 7 y volví a las 19, acabo de cenar y ahora me voy a acostar.
31 / 08. Hoy me levante a las 7 y volví a las 19, acabo de cenar y ahora me voy a acostar.
1 / 09. Hoy me levante a las 7 y volví a las 19, acabo de cenar y ahora me voy a acostar.

Y así. Está imagen me trajo Torrance a la memoria, el personaje de Stephen King que, dirigido por Kubrik, interpretara Nicholson. Entonces busque en la web para ver que se veía y encontre que hay en Berlín un Museo en donde está la máquina de escribir y las hojas que se usaron en la película y en las paredes escrito, generando un espacio en el que reina la obsesión de Torrance, la frase: "All work and no play makes Jack a dull boy".

"All work and no play makes Jack a dull boy".


la máquina

martes, agosto 29, 2006

sábado, agosto 19, 2006


Un cohete amarillo apuntando al cielo, monumento a la conquista del espacio, ruinas de una fortificación española, y un río. Puede transcurrir un pasaje de crónicas marcianas entre playa y la carretera. Es Bacuranao, la ensenada en donde solíamos bucear con mi hermano.
La respiración. Solo escucho mi corazón y la respiración. Solíamos bucear alrededor de los cañones de un antiguo naufragio costero. En la atmósfera azul de la ensenada solo el sonido de nuestros corazones y la respiración.

Ando despacio, en este barrio solo quedan los muertos. El viento juega con la cabellera de una muchacha que se quedo sentada en el escalón de un zaguán. La miro de cerca, el pelo vuela a través de su boca abierta, y parece que el viento quiere darle el aliento que no alcanzó. Es el único cadáver que hay en la calle. Azul a esta hora, la acera oeste parece un tramo de mar en donde soy buzo. En aquella ciudad sumergida solo escucho mi corazón y la respiración.

Nadie enciende las lámparas. No hay nadie aquí.

Desde esta esquina se ve la autopista, parece que hay un accidente grande, ha sido el pánico. Sobran las razones para que el terror se apodere de la gente. Sin embargo camino tranquilo mirando las sombras que se proyectan a esta hora. Levanto un brazo para ver mi sombra más alargada y me saludan desde lejos, desde la autopista. Desde donde me verán como un héroe, con mi máscara y respirador, buscando salvar vidas en este gigantesco naufragio, donde lo que se hunde permanentemente es la esperanza. ¿Cuánto durara la epidemia?, ¿Meses, semanas, años? ¿Que otra epidemia vendrá después? ¿O será esta la última, la definitiva?. ¿Cuánto ha hecho la humanidad para evitar su autodestrucción?.

No tengo tiempo para pensar, pero quien puede evitarlo. El éxodo desfila frente a mí por esa carretera.

Claro. ¿Que esperaban?, que nunca habría de llegar, ¿ Acaso pensaban que todo era parte de una ficción gigantesca en donde la verdad del shampoo es igual a la verdad del hambre o de la guerra? Pues aquí también, o creían que estaban lejos.

He visto miles de cadáveres en estos días, la gente muere como los peces afuera del agua, incluso el gesto del que se ha asfixiado se asemeja al de un pescado. Lo que pone en contradicción a mi emoción de sentirme buzo. Pero no doy con otro recurso mejor que el de revivir los momentos en el fondo de la ensenada para soportar el horror.

El cielo comienza a cerrarse y aún sigo aquí, viendo las sombras diluirse en la oscuridad. Es una noche hermosa y fresca de primavera. Me vuelvo hacia la calle y camino hasta donde yace sentada la muchacha. Siento mi sangre apurando las sienes. Me siento a su lado y me saco la máscara para sentir el viento en la cara.

El viento trae la algarabía de la autopista, sus pelos acarician también mi cara. Miro hacia donde ella mira. No hay más que cielo.

- Somos tan jóvenes, digo en voz baja.

La respiración, Ella que me da un beso por primera vez, mi corazón que quiere salirse del pecho y su risa, la respiración, y mi corazón se va.

La enfermera confirma:

-Se ha ido. Mecánicamente retira el respirador.

martes, julio 11, 2006


¿ Como haces por montaje para contar que la combinación de el olor a tierra mojada con el olor de la fritura de las torta fritas es una combinación exquisita además de tener los olores y texturas parecidas y complementarias ?

¿Y después cómo explicas que el sonido del agua al caer sobre la cebadura del mate por continuidad cromática y de sonido conforma un paisaje similar al de la lluvia cayendo sobre la vegetación?

¿ Y cuando al tipo se le cae una lagrima al sentir el gusto del mate amargo combinado con el de la torta frita en el paladar y su mirada te guíe desde la vegetación hasta un cartel escrito en nadsat.?

sábado, julio 08, 2006

( )


Mantengo las brasas con el aliento. Las soplo despacito y se ríe el magma, como niños con cosquillas.

do it

viernes, julio 07, 2006